La Fundación AISGE se erigió en la tabla de salvamento de esas miles de familias que dependen de los ingresos irregulares de un artista
Marzo 18, 2021
La crisis del coronavirus se ha cebado de manera particularmente cruel con el colectivo de artistas del audiovisual (actores y bailarines) durante 2020, año en el que, paradójicamente, han experimentado un crecimiento exponencial las plataformas digitales como Netflix, HBO, Movistar, Amazon Prime Video, entre otras, y las televisiones generalistas también concitaron mayores audiencias en torno a sus contenidos de ficción.
Se trataba de contenidos producidos antes de la pandemia, obviamente, y, gracias a los derechos de propiedad intelectual que tales emisiones y descargas generaron a actores y bailarines, la Fundación AISGE se erigió en la tabla de salvamento de esas miles de familias que dependen de los ingresos irregulares de un artista.
La encuesta, integrada por 38 preguntas muy directas y exhaustivas, se desarrolló entre más de 3.000 socios de AISGE (*), abarcando todos los perfiles y ámbitos artísticos de la profesión. El dato general que mejor ilustra el impacto de la COVID-19 en la situación social, económica y laboral de este colectivo artístico es que para el 97 por ciento de los actores y bailarines españoles sus ingresos por actividades artísticas han caído por debajo del umbral de la pobreza a raíz de la pandemia.
Esta situación es aún más grave si se tiene en cuenta que en enero de 2020, justo antes de que la COVID-19 irrumpiera en escena, el nivel de ocupación laboral en el sector era el más alentador de lo que llevábamos de siglo: un 46% de artistas obtenían ingresos anuales por encima de los 6.000 euros, cifra a todas luces modesta pero muy significativa para quienes pretenden vivir de su profesión artística. La situación remontó de manera muy tímida tras finalizar el confinamiento el 21 de junio, pero el sector sigue sin haber podido reactivar las dos terceras partes de su actividad habitual previa al virus.
La encuesta también abordó la situación de los encuestados antes de la pandemia, durante el primer estado de alarma y a finales de verano (tras la desescalada), y los resultados son elocuentes. La desocupación creció de manera exponencial hasta casi cuadriplicarse, desde el 19% al 69%. Y este panorama solo se palió de manera muy tímida tras la primera ola, con un 63% de desocupados. Todo ello teniendo en cuenta que tales datos de desempleo comprenden tanto la actividad artística como las complementarias que desarrollan la mayor parte de los artistas para sobrevivir. En paralelo, el trabajo considerado “suficiente”(actores o actrices que obtienen 12.000 o más euros de ingresos anuales por su actividad artística) casi desapareció con la pandemia, al pasar del 33% a solo el 4%. La recuperación posterior ha permitido repuntar hasta el 11% (la tercera parte, en el mejor de los casos, del nivel previo al coronavirus).
La situación excepcional provocada por la pandemia se ha traducido en un compromiso asistencial sin precedentes en los 30 años de historia de AISGE y los 20 de su Fundación AISGE. Por lo pronto, la situación extrema en la que se han visto envueltos miles de sus socios ha llevado al área asistencial de la Fundación AISGE a aprobar un total de 10.005 ayudas en toda España, que han recibido un total de 1.781 beneficiarios. Todo ello ha sido posible gracias a una inversión extraordinaria en ayudas de 4,3 millones de euros.
La inmensa mayoría de las demandas derivadas de la crisis del coronavirus se han tramitado a través del llamado “programa de necesidades básicas”. El equipo de trabajadores sociales de la Fundación AISGE ha registrado más de 3.000 intervenciones o expedientes para atender todas demandas de ayudas solicitadas desde la declaración del primer estado de alarma, el 14 de marzo de 2020. En lo que va de 2021, inmersos aún en la denominada Tercera Ola, de dimensiones imprevisibles, y que ha encontrado al colectivo de artistas con todos sus recursos agotados, ha determinado, de un lado, un nuevo incremento de un 35% de las solicitudes de ayudas ( 1.809 desde el 1 de enero al 15 de marzo) y un mayor riesgo de vulnerabilidad para una parte del colectivo que hasta fechas recientes ostentaba cierta solvencia económica; y, de otro lado, obligó a la Fundación AISGE a lanzar una nueva campaña de ayudas de emergencia a través del programa #NiUnaNeveraVacía, consistente en unas tarjetas para adquirir alimentos y productos de higiene básicos en determinados supermercados.
(*) Estas cifras son el resultado de una macroencuesta promovida por la Fundación AISGE entre un total de 3.150 integrantes de la entidad y realizada entre los meses de julio y octubre de 2020. Los participantes, ponderados por edad, sexo, ingresos previos y ubicación geográfica, representan el 28% de los socios de AISGE, la entidad que gestiona los derechos de propiedad intelectual de los artistas audiovisuales, por lo que el nivel de fiabilidad de estas cifras y conclusiones obtenidas es estadísticamente muy elevado AISGE (Artistas Intérpretes, Entidad de Gestión de Derechos de Propiedad Intelectual).
Fuente: Aisge | Foto: Aisge
Ante la emergencia global por la pandemia del COVID19 Latin Artis y sus miembros, en representación de los actores y demás artistas iberoamericanos del sector audiovisual, instamos a los distintos gobiernos nacionales a que adopten medidas urgentes en orden de paliar los devastadores efectos económicos que a raíz de la pandemia del Covid19 están sufriendo todos los artistas. Y es que el cierre de los teatros, cines, sets de rodaje y, en definitiva, la completa parálisis del sector audiovisual, ha conllevado que cientos de miles de actores y demás artistas se hayan visto privados, de manera repentina, de todos sus ingresos, con el agravante de que su precaria situación laboral los sitúa en una situación de especial vulnerabilidad y desprotección, al no tener acceso a planes públicos de pensión u otros beneficios sociales similares. En otras palabras: cada día de confinamiento en sus hogares supone un día sin ingresos.
Esta situación, además de alarmante, resulta paradójica, pues en estos días de aislamiento son precisamente sus interpretaciones las que están haciendo más soportable las interminables horas del día para millones de hogares en todo el mundo ? al tiempo que están generando importantes ingresos a determinados operadores, muchos de ellos de ámbito multinacional. Los únicos que no se están beneficiando del acceso a contenidos audiovisuales durante el confinamiento son, precisamente, sus creadores, que representan, al mismo tiempo y como se ha dicho antes, uno de los sectores más vulnerables a la crisis económica derivada del Covid19.
Muchos han sido los gobiernos que en estas aciagas horas han enarbolado el lema de no dejaremos a nadie atrás. Pues bien, los actores y demás artistas del audiovisual, con lo que representaban antes de la pandemia en términos tanto culturales como económicos y lo que representan durante el confinamiento no hay más que ver el actual consumo televisivo, están quedando claramente atrás. De hecho, y si no fuera por las pequeñas ayudas que están recibiendo de sus respectivas sociedades de gestión colectiva, muchos de ellos estarían pasando hambre. Obviamente, los recursos de las sociedades de gestión colectiva no son infinitos, y la situación demanda un esfuerzo mayor al de su capacidad.
Ante esta grave situación, desde Latin Artis hacemos un llamado urgente a los distintos gobiernos nacionales para que cualesquiera planes económicos de protección, tales como la dotación de fondos de emergencia o el establecimiento de un salario mínimo garantizada, el alivio de determinados gastos de electricidad, agua, alquiler, medidas fiscales, etc., que se conformen para paliar los devastadores efectos de la pandemia, tengan en especial consideración a los actores y demás artistas en general.
En Madrid, a 06 de abril de 2020